
¿Turismo o lavado de imagen? La «Ruta del Salmón» y la captura institucional del turismo en Puerto Montt
La reciente promoción de la llamada «Ruta del Salmón» por parte del municipio de Puerto Montt, en colaboración con AquaChile, ha despertado una profunda preocupación entre organizaciones territoriales, gremios turísticos y actores locales. La idea de convertir a la industria salmonera en un «atractivo turístico» no solo ignora los daños ambientales provocados por esa misma industria, sino que desconoce la historia, identidad y vocación natural del turismo regional.
Una estrategia que no representa al turismo local
El turismo en la Región de Los Lagos tiene historia. Empresas pioneras como Andina del Sud, Cruceros Skorpios o el tradicional Cruce de Lagos —uno de los circuitos turísticos más antiguos de Chile— surgieron a partir de las rutas que conectaban a Puerto Montt con sectores australes, en articulación con el ferrocarril y la navegación lacustre. Esta región desarrolló una vocación turística basada en la naturaleza, la cultura local y el encuentro con lo patrimonial.
Nada de esto tiene relación con el modelo extractivo y contaminante que representa la industria salmonera. Organizaciones territoriales han manifestado reiteradamente su rechazo a iniciativas como la «Ruta del Salmón», por ser incongruentes con las aspiraciones de un turismo sustentable y porque ocultan, tras un relato turístico, una estrategia de lavado de imagen de una de las industrias más cuestionadas del sur de Chile.
Peor aún, el municipio de Puerto Montt —según sus propios datos de evaluación de turistas— reconoce que las principales motivaciones de quienes nos visitan están ligadas al turismo de naturaleza y aventura. Sin embargo, decide impulsar una estrategia completamente alejada de esta demanda real, y peor aún, pretende posicionarse como la «capital mundial del salmón», relegando la identidad local a un eslogan empresarial.
Durante el foro, se expuso un tour de 6 horas que recorre centros de cultivo y finaliza en Isla Maillen, omitiendo por completo que el principal producto turístico de esa isla es el curanto, el cordero y la venta de artesanías asociadas, especialmente en temporada estival. Además, quienes visitan la isla desde emprendimientos rurales —sobre todo personas mayores— no cuentan con infraestructura mínima para su embarque seguro, especialmente en marea baja, mientras que se han destinado millonarias inversiones a un terminal de cruceros que solo opera algunos meses del año.
AquaChile: Historial de conflictos ambientales
AquaChile no es una empresa ejemplar. Sus antecedentes incluyen:
Sobre producción en la Reserva Nacional Kawésqar, sin autorización ambiental, con proceso sancionatorio vigente por parte de la SMA (2024).
Multa de $344 millones en 2021 por mal manejo de mortalidad en Aysén.
Operación sin ingreso al SEIA de centros dentro del Parque Nacional Isla Magdalena (denuncia de Fundación Terram).
Vertido de salmones muertos en el mar de Chiloé durante la crisis de la marea roja de 2016.
Contaminación con desechos acuícolas en playas de Chonchi, denunciada por comunidades costeras.
Estos hechos deberían ser motivo suficiente para que el municipio no establezca ningún tipo de convenio ni promoción conjunta con esta empresa. De hecho, por ética y coherencia, ningún organismo público debería celebrar contratos ni acuerdos con empresas infractoras de ley, más aún cuando el mismo municipio de Puerto Montt ha implementado nuevas ordenanzas para multar a comerciantes ambulantes y personas en situación vulnerable, aplicando un criterio selectivo e inmoral: castigar a los más pobres mientras se protegen y limpian la imagen de los poderosos.
Turismo de naturaleza: crecimiento y autonomía
A nivel global, el turismo de naturaleza y de intereses especiales ha mostrado un crecimiento sostenido. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), en 2024 se alcanzaron 1.400 millones de llegadas internacionales, y las proyecciones indican un fuerte aumento en la demanda de experiencias en entornos naturales, rurales y con valor cultural. En Chile, la Región de Los Lagos se mantiene entre los destinos preferidos para el turismo nacional e internacional, precisamente por su paisaje, biodiversidad y riqueza cultural.
El turismo en la región no es nuevo ni subsidiario de ninguna industria. Está presente en todos los territorios, desde el litoral costero hasta los lagos cordilleranos. En cambio, la industria del salmón es de exportación, no deja valor en el territorio y depende de un modelo que requiere al menos 7 veces la cantidad de peces nativos para producir una unidad de salmón.
La dependencia e intromisión de la industria acuicola en el turismo, además de insustentable, sería fatal para la autonomía del turismo: entregaría sin resistencia el espacio simbólico, económico y territorial a una industria destructiva.
Llamado a la acción
Rechazar la «Ruta del Salmón» y cualquier intento de la industria acuícola de capturar el relato turístico de la región.
Exigir que los municipios y gobiernos regionales no promuevan ni financien iniciativas con empresas infractoras.
Demandar apoyo efectivo a los emprendimientos, operadores y actores rurales que practican y promueven un turismo responsable, con identidad y orientado a la conservación.
Llamamos a avanzar en condiciones reales para la regularización del turismo rural, con acceso a agua, electricidad, infraestructura y apoyo técnico, para que existan políticas públicas claras y justas.
Recordamos que los organismos públicos, por principio de transparencia y ética, no deben establecer convenios con empresas infractoras, y menos aún mientras se criminaliza a comerciantes ambulantes o a quienes trabajan en condiciones precarias.
Denunciamos la incoherencia del municipio de Puerto Montt bajo el Mandato de su Alcalde Rodrigo Wainraihgt al castigar con multas a vendedores informales y al mismo tiempo abrirle espacios a empresas que han infringido normas ambientales de forma reiterada.
Invitamos a las comunidades a defender el turismo como una herramienta de autonomía económica, soberanía territorial y valoración del patrimonio natural y cultural.
Porque no queremos un turismo subordinado. El turismo debe ser una alternativa, que se piense además con memoria, futuro y raíces en el territorio.
