En Ecologistas del Sur conversamos con Jorge Acuña Maldonado, residente del valle del río Chamiza, conocedor como pocos del estado ambiental del río, del proceso que derivó en este estado y la historia de sus comunidades asociadas. Vinculado con la zona por la historia de sus ancestros, es miembro de un clan de familias que llegaron desde Chiloé a Cochamó y a la zona sur del Lago Chapo, a finales del siglo XIX.
Estudio Ingeniero Civil Industrial en la zona central, en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. El año 2012 vuelve a la región, con un proyecto de vida ecologista, huyendo del sistema urbano y del trabajo en empresas. En relación a ese momento Jorge recuerda: “Me producía mucho estrés el modo urbano y la idea era cambiar completamente de vida. Mi intención era volver al contacto con la naturaleza. Yo me crie en el campo, en la comuna de Cochamó. Toda mi familia han sido colonos, campesinos, agricultores, excelentes marinos, carpinteros y maestros de ribera. Llegué a la zona norte del lago Chapo sin saber del estado actual del Lago. Estando acá, recién me di cuenta qué estaba pasando”.
¿Cómo fue ver la barrera que corta el Río Chamiza (Coihuin) por primera vez?
Recuerdo muy bien cuando partieron las obras de la central (Canutillar). Vivíamos en la localidad de Pocoihuén, en Cochamó. Era la época en que yo estudiaba en el colegio, el año ’85. Recuerdo muy bien ese año. Me impresiono porque comencé a ver a gente vestida de amarillo, con traje de agua. Gente vestida así no se veía muy a menudo en la zona. Se comenzaron a ver maquinarias que nunca se habían visto en la zona. Cuando subíamos desde Pocoihuén al lago, se hacía caminando a través de huellas. La llegada de la “central” se tradujo en la construcción de un camino. Me impresionaron esas primeras construcciones. Sabía que estaban construyendo la central pero no tenía la más mínima idea de lo que eso implicaba.
Este proyecto se vendió como un proyecto que resolvería los problemas de iluminación de toda la comuna de Cochamó. De hecho recuerdo un viaje con mi abuelo. Yo iba en la popa timoneando con un palo y mi abuelo decía “todo lo que ves acá, va a quedar alumbrado por la central de Endesa”. Por lo tanto, cuando regresé a la zona tenía la idea de que toda la gente acá tenía luz gracias a la central de Endesa.
Durante mi regreso a la zona, en 2012, comencé a explorar: recorrí los bosques, los ríos y obviamente, el lago. Fue así como comencé a ver por primera vez las consecuencias de la instalación de la “central de Endesa”, nunca antes había visto el Lago Chapo así. Antiguamente era un lago de playas estrechas pero largas y continuas. No existían grietas, como se ven ahora. Fue así como, en algún momento, llegue a la zona de la barrera del río Chamiza: esa tremenda mole que corta el nacimiento del río. Antes de la Canutillar, el lago Chapo desaguaba en el río Chamiza, y este río irrigaba un valle que tiene entre 28 a 30 kilómetros de longitud. El desagüe del río, en el mar, era en forma de delta, una forma de desembocadura de un río por medio de múltiples brazos, abarcando una zona ancha de irrigación, en donde co-existen diversas formas de vida, asociadas a humedales, como totorales y aves; una zona fértil y rica en nutrientes. El Chamiza es el río más extenso de la comuna de Puerto Montt. Lo que le hicieron al río, cuyas consecuencias vemos en la actualidad se puede sintetizar como el “asesinato de su nacimiento”. Como plantea la cosmovisión del mapuche: el río es un ser de la naturaleza (ngen). Los ríos van naciendo continuamente conforme el lago desagua, en una dinámica de nacimiento infinito y al emplazar esa barrera en la zona de su nacimiento, el río fue asesinado.
Ahí surge una pregunta ¿cómo se puede entender que el río aún tenga agua? Y la respuesta es sencilla: El río tiene muchos ríos tributarios a lo largo de su camino al mar (ríos pequeños que lo alimentan). A menos de un kilómetro encontramos el primero de ellos: el río Sur, el cual viene desde el Parque Alerce Andino. Así se van sumando más ríos y conforme avanza el Chamiza comienza a “agarrar cuerpo”.
¿Cómo fue tu sentir en el momento de ver la barrera por primera vez?
Básicamente quede impresionado porque nunca había visto una barrera de cerca. Trabajé en minería bastante tiempo y había visto muchas cosas grandes pero nunca una barrera. Es impresionante porque no tiene nada que ver con el paisaje del río. Es como si hubiese un platillo volador encima del lecho del río. La zona posterior a la barrea expone el antiguo lecho del río Chamiza. Eso a mí me dio mucha tristeza porque comencé a entender que lo que hubo allí fue una masacre. Matar el nacimiento de un río es matar la vida asociada al río. Eso se entiende cuando uno llega a esa zona y asimila ese total. Aguas arriba de la barrera se perdió mucha biodiversidad. Se aprecian charcos rojos de agua impregnada de fierrillo, material que proviene del río Blanco (el cual también fue intervenido por la central). Es un panorama bastante desolador. La escasa biodiversidad que se observa en la zona de la barrera Chamiza es la sobreviviente de una masacre que ocurrió hace más de 30 años.
Ahora, si pudieras presentarnos tú mirada sobre la situación del río Chamiza ¿qué nos dirías?
Quisiera narrar aquella parte de la historia del valle Chamiza asociada estrechamente a la historia del gran Puerto Montt o al Puerto Montt profundo. Mi fuente es un historiador local: Rudy Carrasco. Él vive actualmente en Puerto Montt y se encuentra activo. Ha investigado la historia local y en particular la historia del Valle del río Chamiza. En uno de sus libros él describe el valle como “La Huerta de Puerto Montt” y una zona donde existían astilleros, en donde se construían embarcaciones marítimas y se trabajaba el alerce.
Ese relato, bastante documentado, contrasta con la descripción de atraso y pobreza que hiciera Vicente Pérez Rosales a su llegada a la zona. Según las fuentes de Carrasco, se estima que para 1850 vivían en el valle, en el tramo final del río, al menos, durante 8 meses del año, alrededor de 800 personas (incluyendo niños). Esto es, antes de la colonización alemana que inició después de 1850.
Existe también una especie de mito, pero que probablemente sea cierto, que habla de una especie de intercambio y una ruta comercial que conectaba a las comunidades (de pueblos originarios) vinculadas al delta del río chamiza, en la actual zona de Coihuin, con grupos de personas que provenían del Lago Chapo. Si bien no existe evidencia de una comunidad estable en el lago Chapo, sí hay relativa claridad sobre la existencia de una ruta de pasada con implicancias comerciales, que unía el lago Chapo con el valle Chamiza, valle donde sí vivía gente de forma estable. Esta ruta comercial, secundaria, al parecer, habría conectado a Cochamó con Puerto Montt a través de Chapo. Todo lo narrado ocurrió antes de 1850 y por ende, antes de la llegada de los colonos alemanes.
Lo otro que me gustaría comentar, algo mucho más reciente, es que en los años ‘80 había una actividad turística permanente, vinculada con el Valle del Chamiza y el Lago Chapo y la gente que vivió esa experiencia aún está viva en la zona. Esto es, antes de la construcción de la barrera del río Chamiza, que embalsó el Lago Chapo y activó un trasvase de cuencas sobre el río Chamiza, se practicaba el turismo de manera frecuente.
En 1988, dos años antes que la central se ponga en marcha, el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) pronosticó a través de un informe, que si se embalsaban las aguas del Chapo, el río Chamiza perdería ⅔ de su masa de agua, respecto de la masa total presente en la zona de su desembocadura. En la zona de Correntoso había unos saltos de gran atractivo, que tenían poco que envidiar a los saltos del Petrohué, y me han dicho que pasado esos saltos, habían unos rápidos que eran de primer nivel, y que eran bastante apetecidos por agentes de turismo que operaban en la zona. Había un turismo respetable en torno al río Chamiza, entre los años ’70 y ’80. En 1990, todo este cuadro se quebró debido a que el río perdió dos tercios de sus aguas y por tanto, el turismo desapareció.
Es importante recalcar que la Central Canutillar destruyó el proyecto de vida de las comunidades del valle Chamiza, el cual se basaba en la continuidad lago-río y que hasta los años ‘80 estaba activo y tenía un gran potencial futuro de no haberse construido la Canutillar. Este turismo estaba relacionado estrechamente con la historia y la riqueza antropológica del valle, si se hace el paralelismo con el comercio que existía, en el siglo XVIII (presumiblemente), entre el lago Chapo y el delta del Chamiza. Además, si se considera que en el siglo XIX las comunidades humanas que vivían en el valle, lo hacían del río: en torno a la agricultura de subsistencia que dependía del río y en torno a la construcción de embarcaciones marítimas, en la ribera del río. Toda esta herencia cultural que se basaba en la continuidad lago-río fue destruida con la instalación de la Central Canutillar y el emplazamiento de la barrera Chamiza.
El mundo que emergió después de la construcción de la barrera Chamiza es completamente distinto a ese mundo libre y sustentable. Una situación similar se observa en el Chiloé post salmoneras. La complejísima red social en torno a una economía de subsistencia y sustentable, basada en principios, actitudes y creencias con foco en la cooperación y el compromiso con un proyecto colectivo, desapareció casi por completo.
En la actualidad según el Atlas de Riesgo Climático (Arclim), una plataforma del Ministerio de Medio Ambiente, el río Chamiza es el único río de la zona de los Lagos, que presenta un fuerte aumento en el riesgo de sequía. Te vuelvo a señalar que el IFOP predijo en 1988 la disminución de la masa del río y en el actual contexto de disminución de las lluvias por factores antrópicos, todo esto se acentúa. En la actualidad, la escasez de agua del río Chamiza es consecuencia directa y predecible de la existencia de la barrera que “mató” el nacimiento del río y embalsó el lago Chapo.
Respecto al daño medioambiental que presenta el río Chamiza. Por primera vez vamos a comenzar a estudiar el Chamiza, desde el punto de vista de la biodiversidad. Por lo pronto sabemos que existe un cambio en la dinámica de sedimentos, la interrupción de las rutas seguidas por los peces y la afectación sobre los mamíferos que están vinculación al río al bajar de la cordillera o permanecer en el valle. Existe un montón de efectos colaterales aún no estudiados.
Jorge: Podrías comentar ¿en qué año se construye la barrera del Río Chamiza?
Ya mira, asociado con el río Chamiza hay tres resoluciones de la DGA, la primera es la 497 de diciembre de 1985, la cual entregó a ENDESA, los derechos de aprovechamientos de agua del Lago Chapo y del Río Blanco y el caudal asociado a esta, corresponde al caudal promedio del Río Chamiza, que es de 49 metros cúbicos por segundo. Después, el año 1988 hay un traslado del punto de captación, respecto del re direccionamiento que hicieron del río Blanco, lo cual podemos abordar en otro momento. Finalmente, en 1989 la Dirección General de Aguas (DGA) emite la resolución 471 que autoriza la construcción de la barrera Chamiza, definiendo la cota 243,2 metros sobre el nivel del mar (msnm) como el umbral del embalse y a partir de ese momento, tuvieron todo para transformar el lago Chapo en un embalse. En septiembre de 1990 la central arrana con una turbina y en enero de 1991 con dos turbinas.
El 2004 ocurre algo bastante peculiar, y es que la recepción de obras de la barrera de Chamiza se concreta ese año, catorce años después de la construcción efectiva de esta. No se entiende por qué ocurrió esto. Respondiendo la pregunta, la barrera se construyó el año 1989.
¿Cómo ves un futuro cercano en el valle?
El Sistema de Agua Potable Rural (APR) del valle de Chamiza depende 100% del río. A esa zona del valle (la misma zona que ocupaban las personas a la llegada de Pérez Rosales) está llegando mucha gente, y por ende, la demanda de agua está al alza como también lo está, la dependencia de la subsistencia de las comunidades respecto del río. A lo anterior se debe considerar lo planteado por el Atlas de Riesgo Climático. Te podría decir hoy, que de aquí a cinco años, probablemente menos, habrá una crisis social en el valle respecto principalmente de la necesidad de agua. Cada diez años aproximadamente hay un mínimo en las lluvias; una sequía. La última ocurrió en 2016. Cada vez estos mínimos son más bajos. En 2016, en Puerto Montt, precipitaron solo 900 mm Espero que eso obligue a reevaluar las operaciones de la Central Canutillar y en particular, la permanencia de la barrera Chamiza. Los tiempos que vivimos hoy en día nada tiene que ver con lo que había hace 30 años donde en Puerto Montt, precipitaba anualmente en torno a los dos mil milímetros. Hoy solo llueve mil, mil doscientos y rara vez llueve más de mil quinientos mm Se aproxima una crisis hídrica en la zona del Chamiza y sus raíces nada tienen que ver con el cambio climático. Están vinculadas estrechamente con la permanencia de la barrera Chamiza y el trasvase de cuencas que afecta al río.
Lamentablemente estamos llegando al final de la entrevista y nos gustaría detenernos en tu experiencia de vida en el valle ¿Qué te deja esta experiencia?
Es una pregunta muy compleja de responder. Existen muchos elementos vinculados. Partiría diciendo que el modelo económico implementado en Chile; te hablo del modelo económico que subyace al neoliberalismo implantado en dictadura. Hablo de la historia de país, hablo del acuerdo de la élite vinculado con los intereses de los privados dueños del capital. Ese modelo hoy en día esta en completa crisis.
Cuando puedes procesar eso, la primera conclusión es obvia, que es la misma conclusión que puede extraer cualquier persona estudiando este tema. En todos lados es lo mismo: Esta mirada, esta filosofía es completamente anti sustentable, anti comunidades y anti territorio.
Una segunda dimensión o conclusión de este conflicto es que el proyecto Canutillar está lleno de irregularidades, de actos de corrupción y de omisiones de los servicios públicos. En esta oportunidad no hemos hablado del Río Lenca, por ejemplo, también intervenido por la Central. Ojo, que la Central Canutillar intervino los dos ríos más caudalosos y extensos de la comuna de Puerto Montt y el único Lago de la comuna. Es un proyecto completamente invasivo y depredador y que hoy, 30 años después de su instalación, vivimos las consecuencias de su implementación. Es la expresión de un modelo extractivista que en este caso, ha destruido las 3 cuencas mas importantes de la comuna de Puerto Montt.
Una tercera dimensión sería la siguiente: Lo que realmente genera daño en la forma de destrucción, es el trasvase de cuencas asociado a la Canutillar. El trasvase de cuencas es una técnica en ingeniería hidráulica que consiste en tomar agua de una cuenca y trasvasijarla a otra, sin devolverla a la cuenca de origen. Canutillar no es una central de pasada, es una central que opera a partir de un triple trasvase de cuenca. Existen dos trasvases sobre dos cursos de agua (río Chamiza y río Lenca) y un tercer trasvase sobre un cuerpo de agua (lago Chapo). En el caso del río Lenca, el agua es trasvasijada al lago Chapo y desde allí es trasvasijada al estuario del Reloncaví. Finalmente, es necesario recalcar que la Canutillar monopolizó toda el agua de la cuenca del Chapo, incluyendo la de todos y cada uno de los ríos que desembocan en la cuerpo de agua del Chapo. Colbun, en la actualidad, según la Dirección General de Aguas agotó el recurso hídrico en la cuenca del algo Chapo.
Esta técnica (el trasvase de cuencas) debería estar prohibida en todos lados porque genera una destrucción rápida y predecible. Te estoy hablando que en el Lago Chapo existen tres micro cuencas en proceso de destrucción, en el formato de erosión retrograda. la cual es una forma de erosión gatillada de adelante hacia atrás. Un proceso destructivo que va avanzando desde la zona de desagüe del río hacia la naciente de este. El río Negro, en la zona norte del Chapo, lleva destruido alrededor de dos kilómetros de largo por 150 a 200 m de ancho. Es un río que hasta 1990 tenía 15 metros de ancho y en la actualidad tiene 200 metros de ancho. Con la erosión del río, se destruye el lecho del río, las paredes laterales del cauce y toda la biodiversidad vegetal asociada.
La cuarta dimensión sería la relación con y entre las comunidades. Este es un tema antropológico, cultural e histórico. Las relaciones humanas derivadas del machismo, el autoritarismo y la alineación a personas con dinero, esos son los patrones de conducta de estas comunidades desde hace mucho tiempo y están arraigadas en su conducta y aspiraciones. Destaco la manipulación de parte de la empresa privada (COLBUN) respecto de las personas que residen en la localidad del lago Chapo y el valle Chamiza, mucho más marcado en la localidad del lago Chapo. Además destaca la evidente omisión por parte del Estado en las problemáticas sociales de las comunidades. Eso no es ni normal, ni casual. El Estado no hace nada y le entrega, por omisión o acción, toda la responsabilidad y protagonismo a la empresa privada, a Colbún. Aquí en Lago Chapo existe un feudo y las comunidades dependen de ese feudo y el Estado ve esa situación y no hace nada.
Una parte de la comunidad, aunque sea minoritaria, lucha y está en contra del cuadro anteriormente descrito, mientras el resto está en un silencio cómplice, algunos, porque están “muertos de miedo”: gente de edad y de campo y otros porque derechamente, apoyan a la empresa. Respecto a los servicios públicos, se observa algo parecido. Esto es algo de fondo, porque evidentemente está ligado a la corrupción que marca todo el modelo neoliberal. Los servicios no hacen el trabajo que debiesen hacer, omiten información, te cuentan mal la historia, validan cosas que son impresentables, como por ejemplo, que el proyecto Canutillar, se aprueba antes de la implementación de la ley de base del medio ambiente y concluyen diciendo: “no hay nada que hacer”. Todo lo anterior, pese a la evidencia aplastante que demuestra el daño medio ambiental. La nueva legislación (Código de Aguas, Cambio climático y otras) los obliga a revisar esta central cuyo fondo y forma está absolutamente fuera de foco legal. Entonces uno se desgasta. Llevo 5 años en esto. Partí solo y en camino se ha ido sumando gente. En el último tiempo, gente del valle de Chamiza y de Río Blanco nos han contactado, pues están preocupados porque los ríos se están secando. Estimo que quedan unos 5 años más de trabajo con las comunidades. Se vienen demandas en contra del Estado y de Colbún y como todo en Chile se hará con conflicto.
Me gustaría además hablar de una coyuntura, respecto de la medición efectiva del caudal al que la Canutillar extrae agua desde el lago Chapo. Nunca Endesa ni Colbún, han medido el caudal, sino que lo estiman a partir de un modelo matemático vinculado al rendimiento de la central. Ese modelo señala que el rendimiento es igual a la potencia generada, dividida por el caudal de agua que pasa por las turbias:
Rendimiento = Potencia/Caudal
El rendimiento lo estiman en dos. Es decir, que por cada unidad de caudal se generan dos Mega Watts de potencia. Entonces, haciendo matemáticas sencilla, se concluye que Caudal es igual a potencia dividido en dos:
Caudal= Potencia/2
Como la potencia, efectivamente la miden, es posible estimar el caudal. Por ejemplo si la potencia es de 100 MW, el caudal lo estiman en 50 m3/s. Pero ese valor (50 m3/s) esconde un valor mucho más grande, porque nadie cree que el rendimiento de una central, con 32 años, sea el mismo que cuando partió. Eso no es así. A todas luces ese rendimiento es menor y por ende el requerimiento de agua y el caudal, es mayor.
Acá ocurre una cosa muy interesante y es que la DGA nunca ha tenido el control de esta operación. Por ejemplo, cuando en 2016, ante la bajada del lago en 22 metros en el eje de las alturas, con desplayes de 500 metros, en algunas zonas del lago, (en la zona del desagüe se podía cruzar el lago de lado a lado) la DGA decía que “todo está bajo control”, la DGA faltaba a la verdad. Esto es así porque la variable más importante del sistema industrial Canutillar nunca ha sido medida, y por ende la DGA malamente puede decir que lo tiene bajo control. Existe una máxima en gestión que dice así: “si no lo puedes medir, no lo puedes controlar”. Es algo tan simple como eso.
El nuevo Código de Aguas impone la obligación, en el artículo 68, a los tenedores de derechos de agua. En la actualidad tienen la obligación de medir el caudal al que extraen agua. Para proyectos como la central Canutillar, había dos plazos: 18 de abril y 18 de octubre (del 2023). COLBUN no cumplió ninguno de los plazos. Se le consultó a la DGA y esta reconoció el incumplimiento de plazos. Lo que estoy diciéndote es una denuncia. COLBUN se está negando a ser medida y controlada y con ello, está vulnerando la Ley. Así que también se vienen acciones por parte de nosotros y otras comunidades respecto de esta vulneración de la Ley. Esto demuestra el verdadero espíritu de COLBUN: No está actuando de buena fe. Prefieren que los multen a que los midan. Porque si los midiesen se demostraría probablemente algo que muchos acá ya intuimos: Que Colbún está extrayendo mucha más agua de la que la DGA les autorizó.
Me queda preguntar en relación a la comunidad, ¿cómo crees tú que las comunidades del río Chamiza debieran enfrentar una situación de crisis hídrica?
Primero, informándose. Las comunidades deben informarse. Nosotros estamos siempre dispuestos a hacer charlas. De aquí a unos cinco meses más, esto va a tener mucha más repercusión. Luego, las comunidades pueden hacer valer el cumplimiento del espíritu y letra del Código de Aguas reformado a partir de 2022, que fija la primera prioridad en el consumo de agua humano. La primera prioridad del consumo de agua es el consumo humano de agua. Eso lo dice el nuevo Código de Aguas. Finalmente e idealmente, las comunidades podrían exigir el renacimiento del río Chamiza del Lago Chapo.
Se podría salvaguardar una parte de ese caudal para el consumo de las comunidades humanas, que son varias, dicho sea de paso: Río Blanco, Correntoso, Polincay y Chamiza. Esta última, con comunidades en ambos lados del río.
Hacer cumplir el Código de Aguas respecto del saqueo del río Chamiza es el eje de lo que podrían hacer las comunidades.
Lo otro es tomarse el espacio del valle Chamiza con proyectos de ecoturismo formales, esto es: con permisos de la autoridad pertinente: trekking, kayak, etc. Volver a replantear el proyecto de vida, en conexión con el río que existía antes de la central Canutillar.
Lo último sería una recomendación ¿Qué recomendarías leer a la gente del valle de chamiza?
Bueno, que lean este libro “Melipulli: Astillero principal del Reloncaví 1750-1850” de Rudy Carrasco, el cual describe el estado del valle de Chamiza antes de la llegada de los colonos alemanes, a partir esto, de 1850, situación que demuestra que en el valle había un proyecto económico en torno a la madera, principalmente al alerce y a la construcción de embarcaciones marítimas y por tanto, un proyecto de vida estrechamente vinculado al río Chamiza. Todo lo cual demuestra que el proyecto de vida del valle Chamiza, que destruyó la central Canutillar, data de antes de la llegada de los colonos alemanes, e inclusive, antes de la fundación de la ciudad de Puerto Montt.
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