En Ecologistas del Sur hablamos con Miguel Lleuke, vecino de la cuenca del Río Coihuin o Chamiza, oriundo de la cuenca del Bío Bío, parte de la editorial independiente, Chucao Ediciones, enfocada en temas socioambientales, pedagogía sobre flora y fauna, en la revitalización del conocimiento de la biodiversidad y prácticas agro ecológicas. En su paso por el sur de Chile le ha tocado habitar distintas cuencas de la región de Los Ríos, desde hace unos meses vive en la cuenca del río.
En el cotidiano ¿Cuál es tú relación con el río?
En verdad nosotros vivimos en uno de los causes adyacentes al río. Vamos constantemente al mar, en este sector cercano a Chamiza y vamos ver donde el río decanta, osea todos los días estamos observando, monitoreando y transitamos lo que es la confluencia del río con el mar. Es la relación entre el río y el mar lo más próximo, transitamos constantemente por el puente y la bordeamos, queremos hacer ese recorrido del río por kayak para monitorear un poco más adentro, nos relacionamos con mucha curiosidad la verdad.
En algún momento en esa interacción aparece el Río Chamiza ¿Cómo ha sido ese primer encuentro con el río?
Siento que le río marca un antes y un después entre el entorno más urbano, después del río uno comienza un viaje en el que uno no sabe donde va a terminar, y ese viaje lo marca la barrera del Río Chamiza, que a veces sube, a veces baja, a veces cambia de color, a veces hay martines pescadores. Y es súper llamativo como irrumpe esta carretera.
Yo venía con una consiga desde otros territorios, en que uno se dice que no te engañe lo verde, porque si bien uno observa el paisaje, tienes al Kalfuko ahí mismo mirando, también comprendía que puede haber una intervención cuando el río decanta, digamos en la zona de la cuenca en que se encuentra con el mar, entonces la pregunta cuando tenemos un río cuando esta decantando en el mar es ¿Dónde inicia?, ¿Dónde inicia la vida? Y es súper interesante volcarse desde el final del río hasta el inicio del río porque vamos a entender como es todo su cause, y como también otros amigos dirían, la cuenca esta saludable en términos de la biodiversidad que existe, esas fueron mis primeras reflexiones cuando llegue al río, un entorno hermoso, nosotros vivimos en un lugar donde el río Chamiza decanta en otros pequeños causes, y construye este humedal gigantesco que es el Humedal de Coihuin, muchas aves migratorias, pero pese a ello siempre esta latente eso que no te engañe lo verde, porque uno ve el final del recorrido pero no ve el tránsito.
¿En qué momento te das cuenta de la intervención del río?
De partida algo que ido viendo como un fenómeno social y ecológico es la cantidad de parcelaciones, uno entiende la migración post pandemia quizás por un tema de salud mental, pero ya teniendo esa mirada de territorio fragmentado.
Fue hace muy poco igual, primero llegue a Lago Chapo, como un punto clave donde uno podría ver instantáneamente, un lago hermoso, tiene unos pasajes bellos, eso sí hay algo artificial que uno puede apreciar en comparación a otra diversidad de lagos que existen, como te nombraba viví en la región de los Ríos ahí está la particularidad de tener la Ruta de Los Lagos en donde cada lago tiene algo, entonces acá hay algo.
Decidimos en algún momento ir a Laguna Zargazo, mirar desde arriba y después conectamos con el Parque Nacional, aquí donde llama la atención, uno entra en la escalera colgante, bellísimo todo, pero también te encuentras con una represa antigua un túnel gigante, túnel que he visto en otro lagos, fue llamativo encontrarme con eso, no pensaba que un parque nacional hubiera esa intervención.
Me doy cuenta en conversaciones con un Guardaparque que la problemática del río es que su cause esta cortado en realidad y lo que logramos ver en la cuenca abajo es una disminución del río gigantesco, ahí me doy cuenta de la gravedad en este inicio de la vida.
Asociando después me doy cuenta que habito un lugar cortado, que tiene una perdida de la vida, y que lo que estoy viendo quizás es la micro resistencia que tiene al río para dejar sus aguas en el mar, pero el ciclo esta completamente cortado, es una problemática importante cuando me entero también que empiezan las problemáticas del agua acá, los que nos toca vivir entre el sector de Chamiza y Piedra Azul.
Ahí también inicia un debate entorno a las necesidades humanas que tenemos.
En esta experiencia de vivir cerca al río ¿qué ha cambiado en ti?
Ha sido importantísimo, un crecimiento potente porque te enfrentas al mar, porque comienzas a entender la marea, el temporal, los lugares de floración que tienen las plantas, las algas que están en simbiosis con el río, las distintas aves que van llegando y sus ciclos, el tipo de tierra también, nosotros cultivamos entonces usamos esta mixtura de cultivos con las algas que vamos encontrando, y el sistema de humedal costero. Ha sido un aprendizaje constante. La relación entre el mar y el río.
¿Hacia donde apuntarían formas que contribuyan a las comunidades humanas a convivir de forma armónica con el río?
Es bastante interesante preguntarse como moverse en un lugar donde has llegado recientemente, esta idea de la representatividad, que uno lo lleva a su práctica personal, en su quehacer y que este sea coherente con el pensamiento.
Creo que partiría por un reconocimiento de las prácticas ancestrales que existen en este sector, comprendiendo que el Alerce sufrió el extractivismo en este territorio, tiene memoria y también puede llamarse ancestral, economía de subsistencia, pero pese a eso hay otras prácticas que tienen un anclaje más ecológico, por ejemplo mariscar creo que es una práctica que es bastante confluente, en cuanto al entendimiento de las mareas, de una economía local-familiar, las prácticas agro-ecológicas son fuertes y es una revitalización que existe, porque también hay una práctica del uso del agua para esos cultivos, esto visibilizaría instantáneamente todo lo que es la cuenca hidrográfica y la escasez de agua, también el turismo y las formas de hacer turismo, son una necesidad de replantearse y poner en dialogo con las organizaciones, y las personas que mueven ese rubro, permitirían tener prácticas ecológicas, por ejemplo no usar motores.
También replantear lo que significa el río en términos de memoria colectiva, si bien esto lo veo como un externo (por el corto tiempo en que estoy acá), pero siempre entenderse con el río, ver todas las prácticas y la memoria que existe, como la gente se ha establecido cercana al río, nos permite tener esa memoria en cuanto a la necesidad existe, los espacios rituales de significación espiritual para algunos pueblos sobre lo que significa el río, puede contribuir a que los nuevos tengan otra mirada del espacio al que llegan.
Más allá de para quienes han vivido siempre en el territorio, es una mirada para el que llega, el que se esta enfrentando al hecho que se compra una parcela de 5 mil metros cuadrados, y va a limpiar el terreno completamente y se olvidará quizás de que tiene un río, una cuenca, una biodiversidad, que tiene un cerro y que tiene un Volcán también, que no deja de ser llamativo el construir en las faldas del volcán, entonces creo que es una invitación a leer el lugar, que quien llegue pueda conversar con las personas de acá, pueda entender y abrir un dialogo, y ese dialogo tiene que ser en términos ecológicos, tiene que tener una perspectiva crítica, sino vamos seguir construyendo ciudades dentro de lugares que nunca debieron ser ciudades, porque quizás Puerto Montt se una con la carretera austral y este sea como un nuevo Alerce (poblado periférico a Puerto Montt).
Eso sería para quienes están llegando, incluyéndome, ese dialogó ecológico, memoria local.
Dado que eres parte de esta editorial ¿Qué libro le recomendarías leer a la gente de la cuenca del río?
Hace poco estábamos leyendo, este es el libro, Paralelo 41, son relatos sobre el Seno de Reloncaví. Desconozco la perspectiva pero es son una serie de experiencia de habitar este lugar, gesto de una memoria.
Escuche una vez algo que me hizo mucho sentido de porque este libro, kohabitar, ko de la palabra agua en mapuzungún y habitar, habitar implica la memoria, kohabitar implica habitar con el agua y eso es justamente lo que para mi implica esta cuenca, kohabitar. Lo recomiendo.
Por último ¿Qué mensaje le dejarías a la comunidad de la cuenca?
Difícil condensar un solo mensaje, quizás lo que urge hoy en día es comenzar a comprender la escasez hídrica, como la va evidenciando la gente en términos de que siempre ha habitado la zona austral pero que hoy en día todo lo que viene siendo las regiones más al norte están en una situación bastante compleja y no quiere decir que esto no llegue acá.
Hoy urge prevenir, y que quizás la prevención puede marcar un antes y después en la cuenca, porque sino puede transformarse en una degradación, escuchaba en una conversación no queremos transformarnos en el Bio-Bio, ese justamente es mi territorio de nacimiento y claramente hay una devastación, quizás veamos hoy esa devastación lejana pero hagamos algo antes.
Más que el que habita mi invitación es al que llega a la cuenca, al que transita, el que llega, y ahí es Kohabitar como te decía, pero también es el ejercicio de leer y escuchar, y mire bastante, transite pero con todo el respeto del mundo.
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